Since years ago I met the Klein blue and my attraction to
him has grown remarkably. This color, patented by
the author in 1960 as IKB (International Klein Blue) is a formula as secret as
Coca- Cola or KFC fried chicken and its eleven species. This
ultramarine color is the result of collaboration between Yves Klein and a friend
chemist. They get
that deep blue pigment with the
dissolution in polyvinyl acetate.
Whoever has the opportunity to see one of his works in
person, will be surprised to see how that color captures and wraps his
attention. After approaching slowly and stay watching the piece
the viewer experiences a kind of hypnosis growing and unconscious, not wanting
to be bothered. It is a
wonderful feeling for diving into the vastness and infinity of that big blue.
For Klein the color has a tremendous importance
as "materialization of sensibility"
and through him he takes that visual perception
to a concept of a sensory perception.
That did not understand the
members of Salon des Nouvelles
Réalités in 1955 when
they rejected the work of Klein
" Expression of the universe orange lead" to be made with a single
color. In such form, the blue color even more impact in
this conception, as the color of the sea
and sky, playing more
abstract aspects of the pure nature.
Klein's first contact with art takes
place in the family bosom,
as the son of artists and at home he meets artists
like Piet Mondrian and Jean Arp. But we can
not forget to mention that
Klein comes to
art after having spent much of
her life to the judo, having been
his first profession and studied at the
prestigious Japanese Kodokan
Institute. This influence will be perceived years later in his art, as the torrent of philosophy,
zen balance, immateriality
and empty search,
we can unequivocally see on your way to work.
Klein blue has inspired many artistic movements, from design and fashion to music.This blue
bluish extracts a different perspective in relation to sculpture and painting known, highlighting their anthropometry
in which we see that the two concepts converge. Works
representing human dimensions and measures with its seductive blue, by
naked women smeared in his painting that left the imprint of their bodies on the surface of the canvas.
it hurts to leave us so young, at 34 years old!
Desde que hace años conocí el azul Klein mi atracción hacia
él no ha hecho más que crecer. Este color, patentado por su autor en el año
1960 como IKB (International Klein Blue) no deja de ser una fórmula tan secreta como
la de la Coca-Cola o la del pollo frito KFC y sus once especies. Fruto de la
colaboración entre el propio Yves Klein y un amigo químico del laboratorio
farmacéutico francés Rhône
Poulen nace dicho color, a través de la mezcla de pigmentos diluidos en acetato de polivinilo obtienen un azul ultramar de un
brillo e intensidad sumamente profundo. Quien tiene la oportunidad de admirar
una obra suya en primera persona, se sorprenderá al comprobar cómo dicho color
capta y envuelve su atención. Tras acercarse lentamente y permanecer observando
la pieza el espectador experimenta una especie de hipnosis creciente e
inconsciente de la cual no quiere ser perturbado. Sumergirnos en la inmensidad
e infinidad de ese gran azul es una sensación maravillosa.
Para
Klein el color posee
una importancia brutal como “materialización de la sensibilidad” y a través de
él expresa y lleva su percepción visual a un concepto de percepción sensorial.
Eso no lo comprendió el jurado del Salon des Réalités Nouvelles en el año 1955
cuando rechazó la obra de Klein “Expresión del unvierso de
color naranja plomo” por estar realizada con un solo color. En este
sentido, el color azul redunda aún más en esa concepción, al ser el color del
mar y del cielo, reproduciendo los aspectos más abstractos de la pura naturaleza.
El primer contacto de Klein con el arte tiene lugar en el
propio seno familiar, al ser hijo de artistas y codearse con genios de la talla
de Piet Mondrian o Jean Arp. Ahora bien, no podemos dejar de reseñar que Klein
llega al arte tras haber dedicado gran parte de su vida al judo, habiendo sido
su primera actividad profesional y cursado estudios en el prestigioso Instituto
japonés de judo Kodokan. Esta influencia se percibirá años después en su arte,
ya que ese torrente de filosofía, equilibrio zen, inmaterialidad y búsqueda de
vacío lo podemos apreciar de forma inequívoca en su manera de hacer.
Del azul Klein se han nutrido muchas corrientes artísticas,
desde el diseño y la moda, hasta la música, afirmándose incluso que inspiró a
Domenico Modugno y Franco
Migliaccila en su famosísima canción “Nel blu dipinto di blu”
(Volare).
Este azul azulina arranca una perspectiva diferente a la
escultura y pintura conocida hasta entonces, destacando sus antropometrías en
las que podemos incluso atrevernos a decir que convergen ambos conceptos. Obras en la que plasma las
dimensiones y medidas humanas con su seductor azul, mediante mujeres desnudas y embadurnadas en su pintura que dejaban la
huella de sus cuerpos sobre la superficie del lienzo.
¡Lástima que este artista nos abandonara a la temprana edad
de 34 años!
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