domingo, 24 de noviembre de 2013

AI WEIWEI




When we talk about AI WEIWEI we have to consider two aspects: his art and his defense of human rights in China, linked to each other.

Ai Weiwei is a Chinese artist, son of the famous contemporary Chinese poet Ai Qing. On political issues the Ai Weiwei’s family was imprisoned in a labor camp for over fifteen years with little contact with the outside world. He has been very critical of the Chinese government regime dissent supporting and denouncing the shoddy construction of school children after the earthquake in the city of Sichuan in the spring of 2008. Those feelings he transfer to an art installation on the facade of the Haus der Kunst in Munich, made with backpacks of school in memory of the dead children, forming a phrase in Chinese lettering that said "he lived happily in this world for seven years". As in the work SNAKE BAG, snake also made ​​with the same backpacks child victims of Sichuan. The Chinese government has responded harshly and Weiwei has been a victim of the demolition of his architectural study in Shanghai for alleged legal irregularities and detained for alleged economic crimes.

The first time I saw one of his works in front of me was in December 2010 in the turbine hall at the TATE MODERN  in London. It was the SUNFLOWER SEEDS. A seemingly endless carpet made ​​with a hundred million sunflower seeds, figuratively identical but actually unique. Each seed is made in porcelain and painted by the hands of more than 1,600 artisans from Jingdezhen, China's famous city known for the production of imperial porcelain. The craftsman as opposed to the "Made in China", the ancestral manual production in contrast to the mass production of modernity. Here Weiwei plays with the audience with the code what you see is not what you see, and what you see is not what it means. The seeds form an infinite surrounding landscape and because of the material used and the effort of the craftsman, the meaning of the work is a commentary of the current human condition.

Porcelain is also often used in his works: WATERMELON (2006), in his refined and brilliant pillars inspired by Chinese temples as shown PILAR 11 or in his BUBBLES (2008) in cobalt blue. And we can not forget his famous COLORED VASES (2008),  vessels seemingly Neolithic painted by the artist, or the famous COCA-COLA VASE vessel painted with the iconic logo of the brand of soda. During his stay in New York was defined as the “Andy Warhol Chinese.”


One of the collaborations that have had the greatest impact was the collaboration with Swiss architects Herzog & De Meuron in building the BIRD'S NEST stadium for the 2008 Beijing Olympics.

From the work of Ai Weiwei born debate, discussion, speculation up between authenticity and originality. Do not leave us indifferent and encourage our society to stand up and get involved with our environment.

I remember the morning of December 11, 2010. My friends and me recorded a video for Weiwei at the TATE in which we asked for his inspiration. Today, over the years, I have found the answer.

 

 

Al hablar de AI WEIWEI lo debemos hacer desde un profundo respeto hacia su persona en dos vertientes: su obra artística y su defensa de los derechos humanos en China, ligadas indiscutiblemente la una a la otra.

 Ai Weiwei  es un artista chino, hijo del famoso poeta contemporáneo chino Ai Qing. Por temas políticos la familia Ai Weiwei fue recluída en un campo de trabajo durante más de quince años, sin apenas contacto con el mundo exterior. Ha sido muy crítico con el régimen gubernamental chino, apoyando la disidencia y conocido por denunciar públicamente la mala calidad en la construcción de escuelas infantiles tras el terremoto sufrido por la ciudad de Sichuan en la primavera del año 2008. Esa exasperación la traslado al arte en una instalación a base de mochilas en recuerdo de los niños fallecidos en la fachada del museo alemán la Haus der Kunst de Munich, formando una frase en letras chinas que decía “Vivió feliz en este mundo durante siete años”. Así como en la obra SNAKE BAG, serpiente realizada también con las mismas mochilas de los niños víctimas de Sichuan. Las represalias no se hicieron esperar y ha sido víctima del derribo de su estudio arquitectónico en Shanghái por supuestas irregularidades de índole legal, así como detenido por presuntos delitos económicos.

La primera vez que vi una obra suya frente a mí fue en diciembre de 2010 en la TATE MODERN de Londres, en la sala de las turbinas. Era la SUNFLOWER SEEDS. Una extensa e infinita alfombra realizada aparentemente con cien millones de pipas de girasol, figuradamente idénticas pero realmente únicas, ya que sorprendentemente cada semilla está realizada y pintada en porcelana por las manos de 1600 artesanos de la ciudad de Jingdezhen, famosa ciudad china conocida por la producción de la porcelana imperial. Lo artesano en contraposición del “Made in China”, la producción manual ancestral en contraste con la producción en masa de la modernidad. Aquí Weiwei juega con el espectador con el repertorio de lo que ve no es lo que ve, y lo que ve no es lo que significa. Las semillas forman un paisaje inmenso, una exhibición envolvente, y la naturaleza preciosa del material empleado junto con el esfuerzo artesano y, en definitiva, el lenguaje de la obra hacen de este trabajo un extraordinario comentario de la condición humana actual.  

La porcelana también la ha empleado a menudo en trabajos como sus sandías WATERMELON (2006), en sus depurados y brillantes pilares inspirados en la arquitectura de los templos PILAR 11 o sus BUBBLES (2008) en azul cobalto. Y no podemos olvidar sus conocidas COLORED VASES (2008), vasijas al parecer de la época neolítica pintadas por el artista, o la famosa COCA-COLA VASE vasija pintada con el emblemático logo de la marca de refrescos. Durante su estancia en Nueva York se decía de él que era el Andy Warhol chino, no sin razón.

Una de las colaboraciones que mayor repercusión ha tenido fue la colaboración con los arquitectos suizos Herzog&De Meuron en la construcción del famoso estadio NIDO DE PÁJARO (BIRD’S NEST) para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Posteriormente ha tratado de desvincularse del proyecto al utilizar el gobierno esa sincera forma de querer cambiar China como un elemento de propaganda del partido comunista.  

De la obra de Ai Weiwei nace el debate, la discusión, hasta la especulación entre la autenticidad y la originalidad. No nos deja indiferente y anima a nuestra sociedad a levantarnos e implicarnos con nuestro entorno.

Recuerdo que la mañana de aquel once de diciembre de 2010 mis amigas y yo dejábamos grabado un video para Weiwei en la TATE en el que le preguntábamos por su inspiración, hoy, con el paso de los años, me doy por respondido.

 

 

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